Boutique Inspirations
Château des Ducs de Bretagne
Petit Beurre LU
Trentemoult

24 horas en Nantes

Monumentos, tiendas, restaurantes, museos insólitos… Date una vuelta por la Ciudad de los Duques de Bretaña y conoce los monumentos imprescindibles o los refugios más secretos.

9h45: Retrocede en el tiempo en el Castillo de los Duques de Bretaña

El periplo empieza en el Castillo de los Duques de Bretaña, una joya arquitectónica de la ciudad. Una vez cruzadas las murallas de granito, surgen las refinadas formas góticas de la residencia ducal del siglo XV, majestuosamente realzadas por la blancura de la roca, el tradicional tuffeau. La entrada es gratuita y podrás visitar a tus anchas el patio o caminar por las murallas. Los más curiosos podrán incluso explorar el museo que se encuentra en su interior (entrada: 5-8 €) donde se presenta la historia de Nantes contextualizada internacionalmente a lo largo de las 32 salas con una escenografía muy innovadora. Al final de la visita, pásate por la Oficina de Turismo cercana para pedir un plano de la ciudad o información especializada.

Château des Ducs de Bretagne, 4, place Marc Elder - Office de Tourisme, 9, rue des États

T. Le Gourrierec

11h: Shopping en el barrio Bouffay

Pero si hay algo que no falta en Nantes son tiendas, bares y restaurantes. Tras esos aires de barrio medieval tranquilo, Bouffay palpita. Es el lugar ideal para ir de compras, entre calles adoquinadas y casas medievales de entramados de madera. Si quieres llevarte como recuerdo algo más que la típica bola de nieve, la marca Inspirations no hace más que sugerirte recuerdos con chispa (cojines, delantales, tazones…) muy particulares creados por République Vintage, o las joyas de Nathalie, una orfebre local, que trabaja las perlas antiguas.

Inspirations, 16, rue de la Paix

Boutique Inspirations T. Le Gourrierec Boutique Inspirations T. Le Gourrierec

>12h: Embelésate en el pasaje Pommeraye

Coge la calle de la Barillerie, cruza el Cours des 50 otages y ve recto: llegarás a uno de los pasajes más bonitos de Europa. Las grandes vidrieras esculpen la luz que luego acaricia estatuas, ornamentaciones, pasadizos y escaparates de las tiendas. Después de unas larguísimas obras de restauración, la galería ha recuperado su brillo y decorados originales. Al salir, avanzamos un poco cuesta arriba y llegamos a la señorial plaza Graslin, con su piedra beige y su teatro de columnas corintias.

Passage Pommeraye, rue de la Fosse

Passage Pommeraye T. Le Gourrierec

12h35: Merendar un Petit Beurre reversionado

La madriguera de los amantes de la repostería se encuentra un poco más arriba. Vincent Guerlais es el hechicero de estos productos. A menudo es designado mejor pastelero de la ciudad y alguna razón llevarán, se dice uno, tras probar su galleta Lu reversionada con corazón cremoso a la avellana de Piemonte y estallidos de sablé bretón, bañada en chocolate negro o blanco caramelo. Ideal para abrir el apetito antes de la siguiente pequeña maravilla…

Vincent Guerlais, 11, rue Franklin

13h10: Degustar unas crepes de lujo

Antes de tomar nota en el Ker Breizh, Jean-Baptiste trabajó en las mejores creperías bretonas. El resultado es que si no reservas, no consigues mesas para probar sus galettes (las crepes saladas), confeccionadas con harina de un molino artesano de Finistère que también la suministra a Pierre Hermé, el famoso pastelero parisino. Junto a las clásicas crepes saladas, aparecen pequeñas locuras como la creación del día con salchicha a las cinco pimientas de Châteaugiron, Comté afinado 8 meses y mostaza. La sección dulce merece una mención especial: chocolate coronado con ganache con ligero toque de mantequilla salada. Por si fuera poco, uno de los palacetes más bonitos de la ciudad está justo delante. Menú galette salada, crepe dulce y vaso de sidra: 9 € mediodía de martes a sábado.

Ker Breizh, 11, rue de l’Héronnière

Ker Breizh T. Le Gourrierec Ker Breizh T. Le Gourrierec

14h00: Maravillarse en el Museo de la imprenta

Sin duda no es el más conocido de los museos de Nantes, pero no te dejará indiferente. Entre olores de tinta y plomo, narra el glorioso pasado de la imprenta antes de la irrupción del mundo digitalizado. Estas máquinas se conservan en estado de funcionamiento y dan origen a demostraciones realizadas por auténticos apasionados. Aquí mismo verán una prensa monumental de nueve toneladas y el libro más pequeño del mundo…

Musée de l’Imprimerie, 24, quai de la Fosse

Musée de l'Imprimerie T. Le Gourrierec

15h15: Meditar en el Memorial de la Abolición de la Esclavitud

¿Sabías que en el siglo XVIII Nantes fue el primer puerto negrero de Francia? Una ciudad que evoluciona es una ciudad que se enfrenta a su historia, y de ello surgió este proyecto artístico y urbano sobre este oscuro episodio. 2.000 placas de cristal salpican el suelo de las orillas del Loira, la mayoría nombran a los barcos implicados en este comercio. Al nivel de la pasarela Victor-Schoelcher, el pasillo subterráneo jalonado de pilares de sostén da la impresión de estar encerrados en la bodega de un barco y desvela textos emotivos procedentes de los continentes afectados por la trata negrera.

Mémorial de l’abolition de l’esclavage, quai de la Fosse et passerelle Victor-Schoelcher

Mémorial de l'esclavage T. Le Gourrierec

16h: Domar el bestiario de las Máquinas de la Isla

Una oruga, una hormiga o una araña gigantes… En la Île de Nantes viven curiosas criaturas imaginadas por la compañía La Machine. El jefe de esta manada dispar es un elefante de 12 m de altura, que se desplaza bramando y escupiendo agua con un realismo increíble. El público puede subir a su lomo para llegar al Carrusel de los Mundos Marinos, un tiovivo monumental que te permite subir a un cangrejo gigante, a un pez luz de los fondos marinos o a un calamar retropropulsado… ¡Es realmente mágico!

Les Machines de l’Ile, Parc des Chantiers, boulevard Léon Bureau

Machines de l'ile - Photo Les Love Trotteurs Carrousel des Mondes Marins - Photo F. Charel

18h: Visita un pueblecito de pescadores

Dirígete a la Gare Maritime de Nantes, la estación marítima, para subir a bordo del Navibus, un barquito que en 6 minutos te cruzará a la otra orilla y te dejará en el pueblecito de Trentmoult. Es increíble, es como pasar de la agitación de la ciudad a la tranquilidad de un pueblecito de pescadores, con sus casas coloridas que, originariamente, se pintaban con los restos de la pintura de los barcos. La tradición perdura y las palmeras siguen surgiendo en los patios que van sucediéndose por las callejuelas. Parece una ciudad tropical. A la hora del aperitivo, vete hacia la terraza de La Guinguette, un bar-restaurante encantador situado en la ribera.

Gare Maritime, quai Ernest Renaud

Trentemoult - Photo T. Le Gourrierec Trentemoult - Photo T. Le Gourrierec

20h10: Cenar en un restaurante, casi, confidencial

De regreso a tierra firmae un ratito de tranvía es suficiente para llegar al barrio de la Tour Bretagne. Ahí se esconde el By Sainbioz, uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Además de sus platillos delicados, preparan hamburguesas de alta cocina realizadas con pan artesano, verduras ecológicas locales y queso de la prestigiosa casa Beillevaire. Prueba también el enorme Big Franchouillard con carne muy jugosa, manzanas asadas a las hierbas, queso Reblochon, cebolla caramelizada y salsa secreta… Hamburguesa y acompañamiento a elegir: 10,50 - 17,50 €.

By Sainbioz, 34, rue Léon Jamin

By Sainbioz - Photo T. Le Gourrierec By Sainbioz - Photo T. Le Gourrierec

22h15: Tomar una copa en un bar de altura

Un euro. Es el peaje que hay que pagar para subir al punto más alto de la ciudad: a 144 metros sobre el nivel del suelo. Bienvenido al piso 32 de la Tour Bretagne (el equivalente nantés de torre Montparnasse de París), aquí se encuentra el Bar Le Nid, un bar panorámico situado en las alturas. Además el lugar goza de una sorprendente decoración: los asientos tienen forma de huevo y un gigantesco pájaro yace en el suelo permitiendo que su cuerpo haga las veces de bar y otras de asiento. Es ideal para concluir este día en Nantes disfrutando de las vistas increíbles a la ciudad.

Le Nid, Tour Bretagne, place de Bretagne

Jean Jullien, Le Nid, Tour Bretagne – Nantes © Marc Domage

 

Y TAMBIÉN…

Resulta imposible resumir Nantes en esta selección precisa, pero no exhaustiva. Si tienes algo más de tiempo, no dudes en visitar la île de Versailles y su jardín japonés, el Museo Julio Verne, la Plaza Royale y su fuente monumental, la Île Feydeau y sus edificios inclinados, el barrio Chantenay y su alma de pueblo, el Jardin des plantes y sus especies exóticas… No te olvides de visitar, el Miroir d’Eau o La Cigale, un restaurante con una decoración modernista impresionante y declarado monumento histórico. Por último, no te puedes ir sin admirar la colección de arte contemporáneo Estuaire de la Île de Nantes: es un auténtico museo al aire libre que ha ido diseminando obras de artistas, arquitectos o diseñadores a lo largo del río, unas veces dentro y otras en sus riberas...

Y si quieres seguir la visita un poco más, descubre los 10 rincones secretos de Nantes, algunos incluso para los propios lugareños.

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