Insólito: Invitados de postín

Aunque nunca haya sido una residencia real, el Castillo de Sully-sur-Loire ha acogido entre sus muros a ilustres personajes. Juana de Arco se reunió aquí con Carlos VII, Luis XIV vino a refugiarse durante la Fronda y Voltaire vivió un retiro forzado, aunque agradable.

Gracias a su ubicación y sus propietarios, por el Castillo de Sully-sur-Loire han pasado grandes personajes de la historia, entre los que destacan tres. Juana de Arco vino a entrevistarse con el rey Carlos VII que estaba haciendo escala en casa de su amigo, Guy de La Trémoïlle. Vino por primera vez después de la Batalla de Patay en 1429 y luego al año siguiente para unirse al rey y su corte. Pero la Doncella de Orleans no estaba hecha para la ociosidad por lo que decidió marcharse del castillo sin avisar al rey e ir a echar a los ingleses de Francia. 

El segundo personaje histórico en hacer aparición fue Luis XIV, junto con Ana de Austria y Mazarin. Vinieron a refugiarse al castillo del Gran Sully durante la Fronda de los Príncipes en marzo de 1652. 

Y, por último, cómo olvidar la estancia de Voltaire que vino al castillo en busca de asilo después de que el rey, ofendido por sus versos, ordenara su exilio. Dejó constancia de su paso por aquí en uno de sus irónicos versos: «Estoy por orden del rey en el más amable de los castillos y en la mejor compañía del mundo». Aquí vivió un idilio con la hermosa Mademoiselle de Livry, que quería ser actriz. Además, aprovechó estas vacaciones forzosas para corregir su Edipo y escribir una parte de La Henriada. Fue en la Sala de Honor del castillo donde tuvo lugar la primera representación de su tragedia Artemisa que, desafortunadamente, acabó en silbidos. Voltaire discutiría más tarde con el duque de Sully y acabaría marchándose para enfrentarse a su valeroso destino.
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