No te puedes perder... la suntuosidad de los interiores de Cheverny
Cheverny es el castillo del Loira con los muebles más suntuosos y la decoración más rica. Sus interiores, perfectamente conservados, muestran el carácter francés a través de una gran variedad de estilos y épocas.
Nada más entrar en el castillo uno queda impresionado por la opulencia de la decoración, que destaca por su finura y su precisión. Desde los artesonados del techo hasta las paredes recubiertas de paneles de madera pintados por el artista Jean Monsier… cada centímetro atrae la mirada.
Imposible no quedar fascinado con las doraduras de las chimeneas renacentistas, los cuadros de los grandes maestros, los espléndidos tapices de Flandes o el precioso mobiliario de los siglos XVI y XVII. Las estancias están dispuestas de idéntica manera a cómo lo estaban en el s. XVII con el añadido de diversos objetos de la vida cotidiana que dan la impresión de que el castillo todavía sigue habitado. En el comedor encontraremos, por ejemplo, la mesa puesta con vajilla de porcelana o un harpa del s. XVIII en el gran salón. En el dormitorio de los niños, en cambio, unos caballitos de madera de la época de Napoleón III parecen estar esperando a que alguien juegue con ellos, mientras que el vestido de novia de la marquesa de Vibraye está esperando a ser probado. La gran sala de armas traslada al visitante al tiempo de los torneos con sus colecciones de armas y armaduras de los siglos XV, XVI y XVII. ¡Los arcabuces, las ballestas y las pesadas espadas harán brillar los ojos de los pequeños aprendices de caballero!
Nada más entrar en el castillo uno queda impresionado por la opulencia de la decoración, que destaca por su finura y su precisión. Desde los artesonados del techo hasta las paredes recubiertas de paneles de madera pintados por el artista Jean Monsier… cada centímetro atrae la mirada.
Imposible no quedar fascinado con las doraduras de las chimeneas renacentistas, los cuadros de los grandes maestros, los espléndidos tapices de Flandes o el precioso mobiliario de los siglos XVI y XVII. Las estancias están dispuestas de idéntica manera a cómo lo estaban en el s. XVII con el añadido de diversos objetos de la vida cotidiana que dan la impresión de que el castillo todavía sigue habitado. En el comedor encontraremos, por ejemplo, la mesa puesta con vajilla de porcelana o un harpa del s. XVIII en el gran salón. En el dormitorio de los niños, en cambio, unos caballitos de madera de la época de Napoleón III parecen estar esperando a que alguien juegue con ellos, mientras que el vestido de novia de la marquesa de Vibraye está esperando a ser probado. La gran sala de armas traslada al visitante al tiempo de los torneos con sus colecciones de armas y armaduras de los siglos XV, XVI y XVII. ¡Los arcabuces, las ballestas y las pesadas espadas harán brillar los ojos de los pequeños aprendices de caballero!
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