Instalado en sus tierras del Loiret, el Castillo de Sully-sur-Loire es el primero en la Ruta de los Castillos del Loira y, como tal, tiene un diseño militar. Sus enormes torres y su imponente silueta esconden unos interiores de gran belleza, donde vivió con todo lujo el Gran Sully. Esta fortaleza medieval tiene mucho que contar: una infinidad de anécdotas sobre los ilustres personajes que en él se hospedaron, como Juana de Arco, Luis XIV o el insolente Voltaire.
El Castillo de Sully-sur-Loire, impresionante fortaleza medieval declarada Monumento Histórico, refleja su singular diseño en las aguas quietas de sus fosos. Tras su coraza militar, el castillo despliega toda la gracia de sus interiores renacentistas, obra de su famoso propietario, el duque de Sully.
Pocos castillos han sufrido tantas modificaciones como el de Sully-sur-Loire. El primer rastro del castillo se remonta a 1102, cuando era tan solo un puesto de defensa en el margen izquierdo del Loira.
En 1218 Felipe Augusto aprovechó un conflicto entre el señor de las tierras y el obispo para hacerse brevemente con el lugar y edificar una imponente torre cilíndrica, por desgracia hoy desaparecida. Tras una devastadora crecida en 1363, el castillo cambió de familia al casarse la última heredera con Guy de La Trémoïlle. Este último emprendió un gran proyecto de renovación y pidió al arquitecto del rey y del Louvre, Raymond du Temple, que diseñara unos nuevos planos. También le encomendó el proyecto del torreón, que tenía una doble función: defender el puente sobre el Loira, pero también dar la bienvenida a la alta cuna en las suntuosas fiestas celebradas por el señor. En esta época, Juana de Arco estuvo en Sully en dos ocasiones para visitar al rey Carlos VII, que hacía escala en el castillo. Las guerras de religión afectaron negativamente al castillo, que cayó en el abandono.
Por suerte, Maximilien de Béthune, entonces ministro de Enrique IV, lo compró y lo salvó en 1602. A partir de ese momento y durante cuatro siglos, el castillo estuvo en manos de la misma familia. El Gran Sully, como se le llamaba, reformó tanto los interiores renacentistas como los exteriores con la creación de un parque. También construyó la torre de artillería, que comunicaba con el castillo a través de dos galerías cubiertas, mientras que la tercera galería conectaba el torreón con el palacete: por primera vez se cerró el recinto por completo.
A partir del siglo XVIII, el Castillo de Sully-sur-Loire atravesó incontables destrucciones y reconstrucciones que modificaron su aspecto: perdió unos cuantos edificios, pero ganó otros tantos, algunos tan suntuosos como el cuerpo principal. El siglo XX fue también un siglo de gran transformación arquitectónica. Se remataron las torres orientales antes de que un terrible incendio destruyera el ala construida en el s. XVIII. El Castillo sería declarado Monumento Histórico en 1928, pero eso no impediría la destrucción de algunas de sus obras durante la Segunda Guerra Mundial. El Departamento del Loiret lo adquiriría en 1962 y pondría en marcha numerosos proyectos de restauración.
A pesar de su rocambolesca historia, el castillo ha conservado algunos de sus tesoros: el camino de ronda, un tapiz dedicado a Psique, un armazón de cañón del s. XVI, sus aposentos amueblados o la tumba del célebre Sully. La escenografía está diseñada con acierto ofreciendo un recorrido por diferentes escenarios donde se exponen cuadros, tapices y muebles de época. Una visita apasionante que vibra al ritmo de las exposiciones y actividades organizadas durante todo el año.
Pocos castillos han sufrido tantas modificaciones como el de Sully-sur-Loire. El primer rastro del castillo se remonta a 1102, cuando era tan solo un puesto de defensa en el margen izquierdo del Loira.
En 1218 Felipe Augusto aprovechó un conflicto entre el señor de las tierras y el obispo para hacerse brevemente con el lugar y edificar una imponente torre cilíndrica, por desgracia hoy desaparecida. Tras una devastadora crecida en 1363, el castillo cambió de familia al casarse la última heredera con Guy de La Trémoïlle. Este último emprendió un gran proyecto de renovación y pidió al arquitecto del rey y del Louvre, Raymond du Temple, que diseñara unos nuevos planos. También le encomendó el proyecto del torreón, que tenía una doble función: defender el puente sobre el Loira, pero también dar la bienvenida a la alta cuna en las suntuosas fiestas celebradas por el señor. En esta época, Juana de Arco estuvo en Sully en dos ocasiones para visitar al rey Carlos VII, que hacía escala en el castillo. Las guerras de religión afectaron negativamente al castillo, que cayó en el abandono.
Por suerte, Maximilien de Béthune, entonces ministro de Enrique IV, lo compró y lo salvó en 1602. A partir de ese momento y durante cuatro siglos, el castillo estuvo en manos de la misma familia. El Gran Sully, como se le llamaba, reformó tanto los interiores renacentistas como los exteriores con la creación de un parque. También construyó la torre de artillería, que comunicaba con el castillo a través de dos galerías cubiertas, mientras que la tercera galería conectaba el torreón con el palacete: por primera vez se cerró el recinto por completo.
A partir del siglo XVIII, el Castillo de Sully-sur-Loire atravesó incontables destrucciones y reconstrucciones que modificaron su aspecto: perdió unos cuantos edificios, pero ganó otros tantos, algunos tan suntuosos como el cuerpo principal. El siglo XX fue también un siglo de gran transformación arquitectónica. Se remataron las torres orientales antes de que un terrible incendio destruyera el ala construida en el s. XVIII. El Castillo sería declarado Monumento Histórico en 1928, pero eso no impediría la destrucción de algunas de sus obras durante la Segunda Guerra Mundial. El Departamento del Loiret lo adquiriría en 1962 y pondría en marcha numerosos proyectos de restauración.
A pesar de su rocambolesca historia, el castillo ha conservado algunos de sus tesoros: el camino de ronda, un tapiz dedicado a Psique, un armazón de cañón del s. XVI, sus aposentos amueblados o la tumba del célebre Sully. La escenografía está diseñada con acierto ofreciendo un recorrido por diferentes escenarios donde se exponen cuadros, tapices y muebles de época. Una visita apasionante que vibra al ritmo de las exposiciones y actividades organizadas durante todo el año.
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La arquitectura defensiva del castillo
El Castillo de Sully-sur-Loire es el arquetipo de castillo del Renacimiento incipiente. Su sólida coraza de piedra ya era de por sí disuasiva, pero sus atributos la convertían en una temible máquina de guerra.
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Información práctica
CHATEAU DE SULLY-SUR-LOIRE
Chemin de la Salle Verte
45600, SULLY-SUR-LOIRE
France
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