Impresionante y cautivadora, la Ciudad Real de Loches es un valioso testimonio de la arquitectura militar. Más de mil años de historia están grabados en su sólida piedra, encargada en su día de proteger y defender a ilustres personajes. Desde caballeros hasta grandes damas, pasando por los reyes de Francia: la ciudadela ha sido testigo de acontecimientos históricos y de la presencia de innumerables personalidades que, con el tiempo, se han convertido en nuestras leyendas. Adentrémonos en la ciudadela por la Puerta Real y dejémonos impregnar por los relatos épicos del lugar.
Al mirar este gigantesco conjunto arquitectónico, te sentirás transportado a tiempos pasados en los que la espada impartía justicia, el rey ejercía la autoridad y las mujeres la influencia. Obra maestra de la arquitectura militar y testigo de los bailes del Renacimiento, la Ciudad Real de Loches es uno de los monumentos más impresionantes del Valle del Loira.

La historia de Loches comienza hacia el año mil con Foulques Nerra, el belicoso conde de Anjou, que ordenó construir un torreón de 36 metros en la cima de este promontorio rocoso. Gracias a su posición estratégica, el torreón permitía vislumbrar rápidamente al enemigo y además hacía las veces de residencia para el conde cuando se encontraba por la región. Con el paso del tiempo, se refuerzan sus funciones defensivas mediante el añadido de murallas, torres, troneras y matacanes. El torreón de Loches es hoy en día uno de los conjuntos mejor conservados de la época románica.

Ricardo Corazón de León y Felipe Augusto se enfrentarían por él a finales del s. XII, antes de que San Luis le otorgase a Loches la distinción de ciudad real en 1249. En el s. XIV, se edifica un primer cuerpo de residencia, por orden del duque Luis de Anjou, que conservaría la torre de vigilancia, conocida a partir de entonces como Torre de Agnès Sorel. La edificación todavía muestra las cicatrices de su función defensiva, muy necesaria en aquellos tiempos de guerra.

En sus dependencias, Juana de Arco se reúne con Carlos VII y le convence para que se corone rey en Reims. En este mismo lugar, el nuevo rey esconde sus amoríos con la hermosa Agnès Sorel, cuya tumba se encuentra en la colegiata de Saint-Ours, edificada en el recinto entre los siglos XI y XII. El edificio destaca por el esplendor de su arte románico: su pórtico policromado está esculpido con personajes y animales pertenecientes al bestiario medieval. 

Al terminar la Guerra de los Cien Años, Luis XI transforma la fortaleza real en prisión estatal. Las celdas y sus barrotes privarían de libertad a prisioneros políticos de alto nivel, como Jean de Alençon, Philippe de Commynes, el cardenal Jean de la Balue o Ludovico Sforza. 

En el s. XV, Carlos VIII primero y Luis XII después ordenan ampliar las dependencias, añadiendo al conjunto un segundo cuerpo de vivienda en sintonía con el estilo renacentista. Estos dos monarcas fueron esposos de una misma reina, Ana de Bretaña, que dejaría su huella en la ciudadela mediante la edificación de un oratorio de estilo gótico flamígero. Todos estos edificios están abiertos al público, tras cruzar la puerta real y atravesar los jardines medievales que te conducirán a cada uno de ellos. ¡Prepárate para vivir una epopeya que abarca casi mil años de historia!
 
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Información práctica

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Cómo llegar
Loches se encuentra a 50 minutos de las estaciones de Tours y de Saint-Pierre-des-Corps, ambas conectadas con París-Montparnasse (1 hora aprox.). Hay autobuses y un tren regional (TER) que te dejarán en el mismo Loches en una1 hora. Las autopistas A10 y A85 llegan hasta aquí (2 h desde París). El aeropuerto de Tours tiene conexiones con Portugal, Irlanda, Gran Bretaña y Marruecos.
 

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