La botica de la Reina

El Castillo de Chenonceau desvela los secretos mejor guardados de Catalina de Medici abriendo las puertas de la Botica de la Reina, donde estaba ubicada originalmente.

Desde muy pequeña, Catalina de Medici siempre estuvo rodeada de científicos, herboristas y apoticarios. Cuando vivía en el Castillo de Chenonceau, la reina tenía una botica donde el famoso Nostradamus le preparaba remedios y ungüentos.  El castillo ha reconstruido la botica en el edificio de Dômes, devolviéndole el aspecto que tenía en el siglo XVI. Procedentes de un palacio florentino, este conjunto de vitrinas y boiseries presenta una colección de 500 frascos, balanzas, morteros y recipientes de cerámica, que se remontan al siglo XIV en algunos casos. Única en los castillos del Loira, la botica se ampliará este año con un nuevo espacio científico destinado a convertirse en un lugar de innovación tecnológica. El Castillo de Chenonceau busca con ello revivir el legado de una de sus más ilustres ocupantes.