Tesoro escondido: Originales visitas en barco y en coche eléctrico
El parque y los jardines de Cheverny son un lugar muy agradable para pasear. Para disfrutar de todos estos espacios llenos de calma, el castillo ofrece visitas en cochecitos y barcos eléctricos, ¡los niños estarán encantados!
Los parterres que rodean el castillo reflejan la simetría de sus fachadas, creando una sensación de armonía que se extiende al centenar de hectáreas de su parque inglés. Actualmente pueden visitarse tres jardines: el moderno jardín de los aprendices, el huerto de flores y el jardín de tulipas, que cuenta con más de 100 000 bulbos. Tras dejar atrás la perrera, podremos deambular por un paisaje botánico plantado con especies raras, plantadas por Paul de Vibraye entre 1820 y 1860, y también espléndidos especímenes, como secuoyas, abetos douglas, tilos de hoja ancha o un camino de cedros que se pierde a lo lejos. El decorado perfecto para hacer picnic.
Con los cochecitos eléctricos pueden visitarse los rincones más apartados del bosque y avistar la fauna salvaje. Otra opción es dar un paseo en barco por el canal para descubrir otra faceta del parque y disfrutar del espectáculo que ofrecen pájaros y patos entre las plantas acuáticas. Un bucólico paseo que culmina con la degustación de un chocolate caliente casero o un helado artesanal en los salones del invernado de naranjas.
Los parterres que rodean el castillo reflejan la simetría de sus fachadas, creando una sensación de armonía que se extiende al centenar de hectáreas de su parque inglés. Actualmente pueden visitarse tres jardines: el moderno jardín de los aprendices, el huerto de flores y el jardín de tulipas, que cuenta con más de 100 000 bulbos. Tras dejar atrás la perrera, podremos deambular por un paisaje botánico plantado con especies raras, plantadas por Paul de Vibraye entre 1820 y 1860, y también espléndidos especímenes, como secuoyas, abetos douglas, tilos de hoja ancha o un camino de cedros que se pierde a lo lejos. El decorado perfecto para hacer picnic.
Con los cochecitos eléctricos pueden visitarse los rincones más apartados del bosque y avistar la fauna salvaje. Otra opción es dar un paseo en barco por el canal para descubrir otra faceta del parque y disfrutar del espectáculo que ofrecen pájaros y patos entre las plantas acuáticas. Un bucólico paseo que culmina con la degustación de un chocolate caliente casero o un helado artesanal en los salones del invernado de naranjas.
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