Insólito: Las Damas de Loches

Este imponente conjunto arquitectónico de corazón de piedra se dejó seducir por la presencia de tres grandes mujeres de la historia: Juana de Arco, Agnès Sorel y Ana de Bretaña. Cada una de ellas dejó una impronta distinta en Loches que los aposentos reales conservan sin alteraciones.

El paso de Juana de Arco por la Ciudad Real de Loches fue clave en la historia de Francia, al conducir a la coronación del rey Carlos VII. El delfín se reunió con la doncella en la Gran Sala, tras la liberación de Orleans de la dominación inglesa. La joven le pidió que acudiera a Reims para coronarse, a lo que el delfín respondió con un sí. En dicha ciudad sería coronado como el nuevo rey de Francia. 
 
Un rey con fama de promiscuo, pero cuyo corazón pertenecía a una de sus favoritas, Agnès Sorel. Su belleza legendaria y su inteligencia tuvieron un poderoso influjo sobre el monarca, lo que le permitiría obtener un estatus oficial y vivir en Loches junto al rey. Dos lienzos, uno de ellos el famoso Virgen con Niño, ilustran el recuerdo de esta mujer llena de encanto en la sala Agnès Sorel. Su tumba, adornada con una efigie funeraria magníficamente tallada, descansa en la colegiata de Saint Ours. 

Si la primera figura encarna la guerra y la segunda la belleza, la tercera representa la sabiduría y la osadía. Ana de Bretaña, dos veces reina de Francia, pasó largas estancias en el recinto. En este lugar mandó construir un oratorio hacia el año 1500. Esta pequeña capilla, ricamente ornamentada con armiños bretones, es una obra maestra del gótico flamígero. 
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