Tesoro escondido: Unas caballerizas fuera de lo común

Entre otras maravillas, los príncipes de Broglie construyeron unas magníficas caballerizas que se han conservado en perfecto estado.  Adéntrate en este palacio equino y descubre sus instalaciones, donde se exhiben espléndidos arreos y una colección de carruajes. 

A finales del s. XIX el caballo era el centro de todas las atenciones aristocráticas, convirtiéndose en un símbolo de prestigio para la alta sociedad. Toda familia de bien que se preciara debía tener unas caballerizas y los Broglie tenían las más suntuosas de toda Europa. Estas fueron construidas en 1877 por su arquitecto Paul-Ernest que culminó su palacio equino con una lámpara de arco voltaico, ¡una modernidad digna entonces solo de la Ópera Garnier y el Ayuntamiento de París! 

Las caballerizas mayores están divididas en varias partes dependiendo de la función del caballo: caballos de tiro, pura sangre, ponis y caballos de los invitados. Además, cuentan con una zona de cocina, un guadarnés de trabajo y un guadarnés de gala, donde puede admirarse una magnífica colección de guarniciones con algunas piezas de la gran firma Hermès. En la zona de carruajes se exponen cuatro magníficos modelos que pertenecieron al príncipe y a la princesa de Broglie: un Petit-Duc, un Vis-à-Vis, un Landau y un Omnibus. Además, puede admirarse una pieza extremadamente excepcional: una berlina de gala acolchada con seda azul, obra del carrocero Ehrler para el príncipe Nicolas Orlov. 
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