Bajo la atenta mirada de las altas agujas de su catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad, Chartres se extiende plácidamente a orillas del Eure. Desde el casco medieval hasta los murales del barrio de Bel-Air, pasando por el arte de las vidrieras o los mosaicos… ¡es imposible no caer rendido ante esta ciudad luminosa y elegante!

Nuestra Señora de Chartres, una joya del arte gótico

B. Moriceau – CRT Centre-Val de Loire
Cathédrale de Chartres

La catedral de Chartres se erige desde la cripta hasta la cima de la torre norte, a 60 metros de altura. Dentro, destacan las vidrieras con su famoso color azul de Chartres. Fíjate bien en el suelo de la nave, ya que en él hallarás un impresionante laberinto compuesto por 272 baldosas blancas.

En temporada alta, se iluminan unos veinte monumentos y lugares destacados de la ciudad. Recorre sus calles para no perder detalle de la arquitectura realzada por vistosos colores… ¡Un momento simplemente mágico!

D. Darrault – CRT Centre-Val de Loire
Chartres en Lumières

Chartres, capital de las vidrieras

OT de Chartres Métropole – Mathieu Anglada

Descubre todos los secretos de la fabricación de vidrieras en el Centre International du Vitrail. Un arte que también encontraremos en los talleres de maestros vidrieros como el Atelier Loire o el Atelier Picol. Y, si tienes alma de artista, anímate a participar en un taller de iniciación para crear tu propia vidriera.

Un paseo por Chartres

C. Mouton – CRT Centre-Val de Loire

Para empaparte de todo el encanto de la ciudad, lo mejor es pasear por el casco antiguo de Chartres, perdiéndote entre las callejuelas adoquinadas que unen la parte alta con la parte baja de la ciudad. Levanta la mirada para no perderte el entramado de madera de la Maison du Saumon (s. XVI), y cruza puentes y pasarelas sobre las aguas tranquilas del Eure, salpicadas de molinos y lavaderos.

Los jardines del obispado, las huertas, los jardines de Sakuraï o el jardín medieval de la colegiata de Saint-André… Cada uno de ellos ofrece un ambiente diferente, ideal para dar un paseo.

Lezbroz – Teddy Verneuil

Cuando hace bueno, no hay nada mejor que hacer un alto gastronómico en la Petite Venise. En pleno centro de la ciudad, la terraza de esta alegre guinguette es también el punto de salida para dar un paseo en hidropedal o en canoa.

La sorprendente Maison Picassiette

C. Mouton – CRT Centre-Val de Loire

Esta sorprendente casa no deja indiferente. Y con razón, tanto dentro como fuera, desde los cimientos hasta el techo, la casa está revestida con azulejos y porcelana de todos los colores. Ni siquiera la cama y la máquina de coser han escapado a la imaginación de Raymond Isidore, artista autodidacta.

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